¿LA PIEDAD EN PUNO?
La agonía de la ciencia en el medioevo se caracteriza por el esplendor de las artes, durante aquellos aciagos años que los hombres debían regirse por las enseñanzas de Aristóteles, quien escribiera sus magnas obras cerca de dos mil años antes.
Es así como la iglesia tenía un poder omnipresente en todos los reinos de Europa y estaban vinculados a sus sacros designios, además las cortes de la inquisición controlaban que la población no burlase las leyes canónigas, pues el castigo podía ser dado desde azotes públicos hasta ser quemado vivo en la hoguera.
Pero el hombre conservaba aun, una ventana para ver la luz de la inspiración, un espacio a donde orientar su espíritu creativo; estas, eran las artes en general, en aquellos años floreció la pluma de Goethe en Alemania, Shakespeare en Inglaterra y Cervantes en España, entre muchos otros hombres de letras. La literatura puso su verdadera cimiente con obras que nos maravilla hasta nuestros días.
Así mismo, en las llamadas bellas artes se manifestaron los grandes pintores y escultores cuyos trabajos resplandecen actualmente en los museos, galerías y catedrales más importantes, millones de personas viajan a través del mundo para apreciarlos, así mismo su conocimiento es casi obligatoria en casi todo el sistema educativo mundial, los nombre de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Bounarotti, el Greco, Velásquez, Durero, etc. pertenecen a la cultura universal. Miguel Ángel Bounarotti es seguramente uno de los artistas más excelsos de cuyas manos surgieron frescos como la Capilla Sixtina y esculturas, casi todas objetos de culto.
Miguel Ángel nos legó una obra que está en el altar mayor de la escultura en mármol, La Piedad, que es la representación del Cristo Yacente en el regazo de María, su madre que lo observa con gran angustia y dolor, él tiene un brazo caído donde sus venas parecieran contener la sangre ya sin circulación, es la expresión más excelsa de la escultura medieval.
En los años sesenta del siglo veinte, un demente asalto el espacio donde se exponía la excelsa obra, el individuo armado de un martillo ataco a la escultura dejándoles daños de consideración incluso en el rostro de María; este acto causo una conmoción mundial y el Vaticano, sede de exposición y poseedor de la manga obra tomo la decisión de restaurarla en todo su esplendor, pero los artistas y curadores que el vaticano encargo la complicada tarea, necesitaban de una copia similar a fin de tomar sus medidas exactas y proceder con tan importante labor.
La única copia existente de La Piedad, residía cerca de los 4,000 msnm en la Arquidiócesis de Lampa, en el departamento de Puno, en el Perú, a más de 10,500 Km del Vaticano.
Los expertos partieron del mismísimo vaticano con el encargo del Pontífice, cruzaron el océano atlántico y posteriormente tomaron un vuelo hasta Juliaca, para dirigirse a la mencionada Iglesia y quedar atónitos ante el hallazgo.
Encontraron la réplicas de La Piedad en Blanco y Negro, dos copias similares; una en yeso, tomada directamente de la obra de Miguel Ángel y otra una réplica en Aluminio que tenía la tonalidad oscura. Los expertos trabajaron durante el tiempo necesario, adaptándose a las duras condiciones climáticas de esta ciudad Altiplánica hasta lograr su cometido y retornar.
Hoy en día, La Piedad se luce totalmente restaurada en su luminoso altar en el Vaticano, miles de personan lo contemplan a diario, muchos ignoran sobre el suceso ocurrido medio siglo atrás y en Lampa, Puno, los feligreses y visitantes de aquella ciudad observan las magníficas copias de Miguel Ángel, seguramente ignorando también la historia de estas magnificas replicas que vinculan a La cuidad de Lampa con Roma.
Fuente: Todo en Perú
